Los clubes sociales de cannabis (CSC) o asociaciones cannábicas son organizaciones privadas sin ánimo de lucro en las que el cannabis se cultiva de forma colectiva y se distribuye a los miembros registrados. Los clubes ofrecen una alternativa más prudente y centrada en la salud pública a los mercados de cannabis al por menor a gran escala dominados por empresas comerciales.
El crecimiento del modelo de los CSC en España demuestra que la legalización del cannabis no tiene por qué significar su comercialización. Como demuestran los mismos, es totalmente posible restringir la disponibilidad y la promoción del cannabis y, al mismo tiempo, hacer que la droga esté legalmente disponible para los consumidores adultos.
Además, se ha interpretado que las convenciones sobre drogas de la ONU permiten los CSC, sobre la base de que son una extensión de las políticas de descriminalización. Por ello, el modelo de asociaciones cannábicas evita muchos de los obstáculos políticos y diplomáticos asociados a sistemas de regulación legal de mayor alcance.
Normas de los clubs sociales de cannabis
- Deben estar inscritos en un registro regional de asociaciones, y los fundadores deben someterse a un control de antecedentes. Las asociaciones se definen como “un grupo de personas que se ponen de acuerdo para lograr un objetivo común sin ánimo de lucro, independiente (al menos formalmente) del gobierno, la administración pública, los partidos políticos y las empresas “.
- Deben tratar de reducir los daños asociados a la oferta y el consumo de cannabis, promoviendo, entre otras cosas, un consumo responsable.
- Los CSC y sus locales deben estar cerrados al público, y en algunos casos, la afiliación sólo se concederá por invitación de un miembro existente que pueda dar fe de que la persona ya es un consumidor de cannabis. También pueden ingresar en el centro quienes tengan un certificado médico que confirme que padecen una enfermedad que puede ser tratada con cannabis.
- Deben aplicarse límites a la cantidad de cannabis consumida. Se fijan unas cantidades personales diarias de una media de tres gramos por persona para reducir la probabilidad de que el cannabis se desvíe para su venta en el mercado ilícito. Además, la cantidad de cannabis que se debe cultivar se calcula en función del número de socios previstos y de los niveles de consumo previstos
- El cannabis distribuido por los clubes debe ser para un consumo más o menos inmediato. A menudo se permite llevarse pequeñas cantidades para su consumo fuera del local, pero el objetivo general es promover un consumo planificado y no impulsivo y minimizar el riesgo de que el suministro de un socio se revenda en el mercado ilícito o se desvíe a un no socio
- Los clubes deben funcionar sin ánimo de lucro. Los socios pagan cuotas para cubrir los costes de producción y gestión, pero todos los ingresos generados se reinvierten en sus operaciones. Además, los clubes pagan el alquiler, los impuestos, las cuotas de la seguridad social de los empleados, el impuesto de sociedades y, en algunos casos, el IVA.
¿Cómo hacerse socio de una asociación de cannabis?
Para poder hacerse miembro de una asociación cannábica, se deberán cumplir una serie de requisitos. En primer lugar, la persona deberá ser mayor de edad y deberá hacer entrega de su Documento Nacional de Identidad u otro tipo de identificación. Asimismo, en algunos clubes exigen que la persona resida en la ciudad, para evitar el conocido turismo cannábico. Finalmente, y solo en algunas asociaciones, se requerirá que la persona sea introducida por otro socio que avale la no intención de revender el producto.